La duración del cambio de contraseñas se refiere a
cuánto tiempo debe pasar antes de que un usuario deba cambiar su contraseña.
Aquí hay algunas consideraciones importantes:
Frecuencia del Cambio: La frecuencia de cambio de
contraseñas varía según la organización y el nivel de riesgo. Por lo general,
se establece entre 60 y 90 días. Cambiar las contraseñas con demasiada
frecuencia puede resultar en contraseñas más débiles debido a patrones
predecibles.
Recordatorios de Cambio de Contraseñas: Configure
recordatorios automáticos para notificar a los usuarios que deben cambiar sus
contraseñas antes de que expiren. Esto les da tiempo para actualizar sus credenciales.
Historial de Contraseñas Anteriores: Mantener un
historial de contraseñas anteriores es importante. Esto asegura que los
usuarios no puedan simplemente cambiar su contraseña a una anterior para eludir
la política de cambio.
Excepciones: Puede ser necesario permitir excepciones
a la duración del cambio de contraseñas en casos específicos, como cuando un
usuario sospecha que su cuenta ha sido comprometida.
Es importante destacar que, si bien estas políticas de
contraseñas y duración del cambio de contraseñas son prácticas comunes, las
tendencias en seguridad de la información están evolucionando. Algunas
organizaciones están considerando enfoques más avanzados, como la autenticación
multifactor (MFA) y la detección de comportamientos anómalos, para mejorar la
seguridad y reducir la necesidad de cambios de contraseñas frecuentes.
Estas políticas deben estar respaldadas por una sólida educación de los usuarios y una infraestructura de seguridad adecuada para garantizar que las contraseñas se utilicen de manera segura y que las cuentas estén protegidas de manera efectiva.
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